¿Sabías que en Budapest se encuentran pequeñas esculturas distribuidas por toda la ciudad?
Budapest es un país de Europa oriental que tiene muchos secretos para el viajero entusiasta, cuenta con una enorme belleza arquitectónica y gran riqueza cultural, es un destino que no siempre se encuentra en las primeras opciones para visitar en los eurotrips, sin embargo, vale mucho la pena, es accesible para el bolsillo, hermoso, bien comunicado y con muchas cosas por hacer durante tu estancia.
En nuestro último recorrido a Hungría visitamos Budapest. Ahí nos encontramos con la sorpresa de que a lo largo de toda la ciudad puedes encontrar esculturas de hierro tan pequeñas como del tamaño de una mano. Estas esculturas están colocadas estratégicamente, a veces sin permiso, pero todas ellas cuentan una historia.

Buscarlas fue una experiencia muy divertida que además nos llevó a recorrer la ciudad para encontrar la mayor cantidad posible de ellas. Una idea que podría convertirse en una buena estrategia para impulsar el turismo y el arte al mismo tiempo en otras ciudades.
Nosotros encontramos un Yoda (Star Wars) en una estación de metro, un Drácula leyendo un libro a la orilla de un lago, a las afueras de un castillo; una ardilla suicida en una banqueta; en una pared encontramos a un hombrecillo en canoa, y un cubo Rubik a la orilla del Danubio (los Húngaros son los inventores de este divertido artefacto).

Estas esculturas van contando la historia del país, incluso algunas son una crítica social, o pueden tener un tono de humor. Sin duda son elementos que le dan un encanto especial a la ciudad al convertirse en secretos que se rebelan al viajero o al buen observador.
El escultor es Mihály Kolodko, un artista ucraniano-húngaro, que se ha dedicado a embellecer la ciudad. Se cree que existen entre 22 y 25 esculturas esparcidas por la ciudad, pero debido a que muchas son colocadas sin permiso, no se tiene un numero oficial.

Si quieres encontrar este peculiar encanto de la ciudad, requieres un mapa y afinar tu sexto sentido viajero, si ya fuiste y pasaron desapercibidas, no te preocupes, pues definitivamente esta experiencia vale la pena para el intinerario de tu próxima visita a Budapest.





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